sábado, 31 de marzo de 2018

HASTA SIEMPRE JOSÉ RAMÓN…


OBITUARIO

  
El pasado miércoles 28 de marzo nos dejó José Ramón Ortiz del Cueto, Director del Museo Etnográfico Provincial de León.

Nacido en Madrid en 1965, con ascendentes leoneses maternos (Valverde-Enrique) se licenció por la Universidad Complutense de Madrid, en Geografía e Historia, especialidad de Prehistoria y Etnología de la Península Ibérica, iniciando su andadura profesional en el campo del Patrimonio Histórico participando como técnico en más de 40 proyectos arqueológicos, etnológicos, antropológicos, paleontológicos y museológicos.

En la administración de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, ocupa un puesto como Técnico Superior de Patrimonio Histórico y Técnico Superior Arqueólogo, desarrollando tareas de gestión, inspección técnica y coordinación de proyectos para el Servicio de Patrimonio Mueble, Museos y Arqueología

Entre sus últimas publicaciones hay que destacar la “Guía del Museo Entográfico de la Provincia de León”, “Identidad y Memoria aplicados a la Historia de los Museos Etnográficos en la provincia de León”, “Matracas y Carracas. Los sonidos olvidados de la Semana Santa”, y artículos en diferentes publicaciones como “La Fotografía Documental y Etnográfica de la Escuela de Cerámica de la Moncloa en el Val de San Lorenzo en 1926”.

Como personal del museo que tuvimos la suerte de trabajar con él desde el año 2009, fecha en la que empezó su andadura como Director del Museo Etnográfico Provincial de León, hemos constatado el amor y el empeño que puso en llevar a cabo el proyecto que se le encomendó. Un proyecto museológico y etnográfico muy novedoso emprendido por la Diputación Provincial de León, centrado en la conservación y valoración del patrimonio etnográfico y la amplia variedad cultural leonesa tradicional y popular.

Sentimos la pérdida de un gran profesional y compañero, con una energía y un entusiamo constantes en todo lo que se proponía, con una fuerza y unas ganas de innovar permanentes, de proponer nuevas actividades, proyectos, exposiciones…una fuente de ideas sin medida, siempre pensando en mejorar, siempre buscando recursos para dar a conocer el Museo, tanto dentro como fuera de la provincia de León.

Nos enseñó que siempre había que superarse, que hay que estar en continuo aprendizaje,  encomendándonos tareas que en un principio parecían imposibles y que luego se convertían en realidad. Así comenzamos Programas del Museo como la Pieza del mes, la Oralidad, la Música (con la pianola que tanto le gustaba tocar), el Día D, el Día Internacional de los Museos (sumándonos a museos de todo el mundo), los Talleres Didácticos con los colegios, las Exposiciones Temporales (que movía y removía cielo y tierra para poder traerlas al Museo), su interés personal en tener contacto con los artesanos de la provincia…y es que era un hombre con una inquietud inagotable por todo lo que tuviera relación con el Patrimonio etnográfico de nuestra provincia. Patrimonio que ha perdido uno de sus principales abanderados.

Allá donde esté, seguro que estará organizando un nuevo Museo.

Hasta siempre compañero. Te echaremos de menos.


José Ramón Ortiz y Concha Casado.





domingo, 25 de marzo de 2018

COLABORACIÓN: EL ASEO PERSONAL EN AQUELLOS AÑOS…

…LOS BARREÑOS, AQUEL JABÓN DE LA ABUELA, EL BALDE DE ZINC, EL CHAMPÚ SINDO…EL AFEITADO, LOS BIGUDÍES… EL ESTROPAJO DE ESPARTO…

AUTOR: TOÑO MORALA.

Menudo jabón escribir hoy sobre el aseo personal en aquellos años de posguerra y siguientes, hasta que llegó el agua y el desagüe a los pueblos sobre todo. En villas y ciudades el agua salía por el grifo, y había retretes; pero en muchas casas y pisos viejos, bañera… nada de nada… a bañarse en barreño o balde o en la pila fregadero de obra, y si había lavabo, pues a tirar de él para el aseo; y casi siempre en la cocina que estaba calentina; bien con la hornilla, la glorieta, o la cocina de carbón y leña.

Historias para contar hay tantas como casas había en nuestros pueblos y ciudades sin cuarto de baño. Y ahí las madres y abuelas sí que no andaban con tonterías… si éramos tres hermanos pequeños, pues nos bañaban en el balde de Zinc en un pispás; uno detrás de otro, en cadena y rápido para no pasar frío, luego nos secaban, nos ponían la leche migada… y a la cama calentada con ladrillo envuelto en papel de periódico a los pies. La de letras que leyeron algunos pies, jejeje.

En aquellos baldes de Zinc, era lo que había… y de maravilla.

El asunto no iría a más, si la memoria no nos hiciera recordar estas cosas tan habituales en la vida. Lo que nunca he comprendido muy bien, era la manía de las madres de meterle al estropajo de esparto, y venga a refregar todo el cuerpo con él y el jabón, pero y, sobre todo, detrás de las orejas, que nos las dejaban rojas y en carne viva; qué habría detrás de las orejas, me pregunto yo ahora.

Algunos estropajos de esparto ya venían esterilizados… y biodegradables…
¡Cómo dejaban las orejas… como una patena… y en carne viva!

Aquel jabón chimbo, lagarto, o el fabricado en las casas con sosa, agua, jaboncillo y grasas varias; aquel sí que era bueno, ni caspa, ni problemas con la piel… no dejaba rastro de porquería ni nada parecido. Algunos cuando llegaba el sábado, huían como podían para zafarse del bañarse, pero la escoba de la madre o la zapatilla te hacía volver a la cocina y sin rechistar, y encima con lágrimas en los ojos y las piernas y el culo calientes. 

Aquel jabón Lagarto...
Con el paso del tiempo, la cuestión se fue modernizando, y allá por principios de los años setenta, la mayoría de pueblos ya tenían agua y desagüe, y de esa manera, se fueron acoplando cuartos de baño, bien dentro de las casas, o afuera; se hacía un añadido en el corral a un lado de la casa y punto. Luego paso a contarles anécdotas de estas novísimas construcciones, y que muchos abuelos y abuelas ni siquiera estrenaron.

Palangana con su palanganero,
espejo y jarra…
Pero sigamos con la memoria del aseo corporal, que la cosa estaba limpia de narices. Se acordarán de aquellos primeros champús; hacían tanta espuma, que a veces era necesario un carro de calderos para poder aclarar el pelo, y no digamos el de las mujeres; aunque también algunos teníamos melena. Primero había que sacar del pozo o ir al caño en busca de agua con la carretilla y las cántaras, luego poner a calentar el agua en aquellas potas gigantes sobre las trébedes. Salir al corral y hacer allí toda la operación con las palanganas y demás; era un rito que casi siempre era de la misma manera. En los portalones, los abuelos y padres tenían una palangana con palanganero de metal, un espejo colgado en la pared… y allí les vieras tirando de jabón de afeitar, la maquinilla de hoja acanalada Gillette, y aquellas caras que ponían para afeitarse, que más que un poema… eran caras cómicas; era conveniente disponer de una piedra de alumbre que servía tanto para afinar la cara, purificándola y cerrando poros y cualquier microcorte… el agua al muladar… y tarea hecha.


Un  buen espejo… y a afeitarse…

El aseo de las mujeres en aquellos años, y tan pudorosas… pues estaba claro, aprovechaban la salida de los hombres a las labores del campo o al trabajo; los chavales a la escuela o a la era… y ellas en las cocinas, o las habitaciones con sus potingues, barreños, algunos jabones de olor para fiestas y celebraciones, y aquí paz y mañana será otro día.

Poniendo los bigudíes

El escritor Sandor Marai, nacido en 1900 en una familia rica del Imperio Austrohúngaro, cuenta en su libro de memorias “Confesiones de un Burgués” que durante su infancia existía la creencia de que “lavarse o bañarse mucho resultaba dañino, puesto que los niños se volvían blandos”. Por entonces, la bañera era un objeto más o menos decorativo que se usaba “para guardar trastos y que recobraba su función original un día al año, el de San Silvestre. Los miembros de la burguesía de fines del siglo XIX sólo se bañaban cuando estaban enfermos o iban a contraer matrimonio”. Esta mentalidad que hoy resulta impensable, era habitual hasta hace poco. Es más, si viviéramos en el siglo XVIII, nos bañaríamos una sola vez en la vida, nos empolvaríamos los cabellos en lugar de lavarlos con agua y champú, y tendríamos que dar saltos para no pisar los excrementos esparcidos por las calles.

El barbero siempre tenía clientes.

Conscientes de la necesidad de cuidar el cuerpo, los romanos pasaban mucho tiempo en las termas colectivas bajo los auspicios de la diosa Higiea, protectora de la salud, de cuyo nombre deriva la palabra higiene. Esta costumbre se extendió a Oriente, donde los baños turcos se convirtieron en centros de la vida social, y pervivió durante la Edad Media. En las ciudades medievales, los hombres se bañaban con asiduidad y hacían sus necesidades en las letrinas públicas, vestigios de la época romana, o en el orinal, otro invento romano de uso privado; y las mujeres se bañaban y perfumaban, se arreglaban el cabello y frecuentaban las lavanderías. Lo que no estaba tan limpio era la calle, dado que los residuos y las aguas servidas se tiraban por la ventana a la voz de “agua va…”, lo cual obligaba a caminar mirando hacia arriba.

El de las abuelas y madres, 
hecho en casa con sosa, agua, 
jaboncillo  y aceite de grasas varias.
Sin agua, obviamente no existe la higiene; uno de los productos estrella es el jabón; el producto más básico para limpiarnos arrancó de los hititas y los sumerios hace cuatro milenios, aunque su preparación por la mezcla de grasa o sebo animal con agua y cenizas con un alto porcentaje de potasa se localiza en Fenicia hacia el año 600 a. de C. La pastilla cremosa que hoy conocemos data de 1879 y es obra del americano Procter y de su primo el químico Gamble. Y lo del champú… Para eliminar del pelo el sebo natural del cuero cabelludo, en Egipto se lavaban con agua y zumo de limón. No obstante, cada peluquero guardaba en celoso secreto su propia fórmula, costumbre que imperó en los salones de belleza hasta que los alemanes descubrieron en 1890 los detergentes en que se basaron los champús.

Aquel champú Sindo 
en rombos de Huevo, Brea, Lavanda… 
la de espuma que sacaban...
Y volviendo a la tierruca, ahora les comento lo de los cuartos de baño de los pueblos. En el mío el agua y desagüe llegó a principios de los años setenta; además  hizo la obra el cura de Marne José María Martínez que era electricista y fontanero también; en ese tiempo todos estábamos en la emigración; la idea fue terrible; llegaron mis tíos de Francia y mi madre, traían algunas perras, y no se les ocurrió otra cosa que mentarle al abuelo lo de hacer un baño añadido en el corral; el hombre me miró largo, era un paisano muy célebre… quitó la estaca de la boca y dijo, “haced lo que queráis…”; vino el albañil, hizo la obra, incluso con calentador de butano con la bombona afuera… y como dios. El abuelo falleció en el 82 y jamás entró en el baño, y como él, imagino que muchos.

La económica, el calderín, el tanque, el pilón de obra…
y a bañarse, era sábado.

Otra anécdota es la de un pariente que también hizo lo mismo en el pueblo; pero este sí usaba la bañera… llegó el hijo, y riéndose dijo: “Lo de mi padre es mucho, se está bañando en la bañera y tiene los pies y piernas donde hay que sentarse…”. Cada uno usa la bañera como le da la gana, faltaría más. Hablando estos días con las buenas gentes, me comenta Miguel, el veterinario, que cuando se puso a trabajar por esas zonas dejadas de la mano del diablo, fue a asistir a un parto retorcido de una vaca, y cuando terminó le dijo la señora de la casa que fuera a lavarse al cuarto de baño… y le soltó… “¡Está sin estrenar, gracias a dios, nadie en la casa se ha puesto enfermo!”, y así se escribe una pequeña parte de la historia de la higiene personal.

Los primeros champús de L’Oreal,  la marca francesa.

Para otro día escribiremos sobre las colonias y otros añadidos… La bañera más famosa de la antigüedad fue la del sabio Arquímedes. Anécdota, leyenda o realidad, lo cierto es que algún tipo de recipiente (fuera tina, barreño o bañera) resultó ser clave para descubrir y enunciar la 'ley' física conocida como principio de Arquímedes.

En pleno campo…  donde dejaba la maldita guerra.

miércoles, 21 de marzo de 2018

TALLER DIDÁCTICO NUESTRA SEMANA SANTA


Sábado, 24 de marzo de 17.00 h.

Lugar: Museo Etnográfico Provincial de León.
Mansilla de las Mulas. León.

Previa Inscripción en el Museo Etnográfico Provincial de León (987311923)




IXº RITO DE TINIEBLAS. Mansilla de las Mulas

Sábado, 24 de marzo de 17 a 21,30 h.
Lugares: Museo Etnográfico Provincial de León e Iglesia de Santa María.
Mansilla de las Mulas. León.


  Este año se celebra como noveno aniversario de una revitalización de una tradición en Mansilla de las Mulas el IX RITO DE TINIEBLAS.

  El Museo Etnográfico Provincial de León y la Iglesia Mayor de Santa María de Mansilla de las Mulas organizan un programa doble, cultural y litúrgico, junto con todas las cofradías y hermandades mansillesas, las autoridades civiles y eclesiásticas.

  Dentro de los actos que centran este Rito de Tinieblas, destacar además de la participación de las cinco cofradías y hermandades mansillesas, la coordinación por el Museo Etnográfico Provincial de la Diputación de León y el propio Ayuntamiento mansillés así como el cura párroco, el Coro de Santa María, el grupo de teatro Testes Temporum, el cronista oficial de la villa, además de los vecinos de la villa y visitantes, que darán como resultado la revalorización de la tradición de “Las Tinieblas” .

  En cuanto al rito, como dictan los cánones de la tradición y la religiosidad popular, es la comunidad de la propia villa la que demanda y articula la continuidad de la acción, no solo como forma de explicar una manifestación litúrgica y popular, sino también como fórmula de expresión de las señas de identidad comunes para que sean conocidas y reconocidas, así como participadas por las jóvenes generaciones, visitantes y peregrinos.

Fruto de esa organización y participación popular hacen posible la continuación de la rememoración de un rito de tipo litúrgico cristiano que fue en detrimento a partir del Concilio Vaticano II y en el cual, con la muerte de Jesucristo, se prohibía el “uso de metales” dentro de las manifestaciones religiosas oficiales y populares. Campanas y campanillas de procesión permanecían mudas hasta la resurrección, siendo ocupado su espacio por matracas y carracas de campanario y procesionales (instrumentos idiófonos) que asistían en las procesiones y llamadas de oficios.

  Ahora, Mansilla de las Mulas de forma estable desde hace 9 años ha incorporado a sus tradiciones la revitalización del rito desde el punto de vista cultural para recordar, rememorar y explicar el significado del acto y los aspectos de la cultura material e intangible asociados como elementos de un Patrimonio Cultural digno de memoria, identidad y conservación por deseo expreso de todos los implicados: Cofradía Santa Eugenia y las Ánimas, Cofradía Santísima Trinidad y Santo Tirso, Cofradía del Santísimo Sacramento, Hermandad de las Siete Palabras, Hermandad de Jesús Nazareno, Coro de Santa María, Párroco de Mansilla de las Mulas, Cronista Oficial de la Villa, Ayuntamiento de Mansilla de las Mulas y Museo Etnográfico Provincial de León.



PROGRAMA:
Día 24 de marzo, sábado: IXº RITO DE TINIEBLAS
Rito de Tinieblas I  (Lugar: Museo Etnográfico Provincial)
  • 17:00 h. Taller didáctico familiar “Nuestra Semana Santa”
  • 19,00 h: Presentación de la Semana Santa Mansillesa “Recuerdos y vivencia a modo de pregón”, a cargo de D. Félix Llorente. Cronista de la villa.
  • 19,20 h: Música sacra. Coro Santa María de Mansilla de las Mulas
  • 19,30 h: Introducción al IXº Rito de Tinieblas, a cargo de D. Pedro Mora, Coordinador de las Cofradías de Mansilla de las Mulas.
  • 19,40 h: Desfile de Matracas y Carracas: Museo-Iglesia por la Agrupación de Matracas-Carracas, Cofradías, Coro y Autoridades.

20,00 h: Misa solemne en la Iglesia Parroquial de Santa María

Rito de Tinieblas II   (Lugar: Iglesia Parroquial de Santa María)
  • 20,30 h: Presentación del IXº Rito de Tinieblas
  • 20,40 h: Rito de Tinieblas
-        Rito de Tinieblas:
      -Declamación
      -Miserere
      -Música sacra
-        Apagado de luces
  • 21,00 h: Repique de matracas y carracas
  • Confraternización Cofradías: Vino dulce y pastas.

            Participan:
            Ayuntamiento de Mansilla de las Mulas, Cofradías Santa Eugenia, Santísimo, Jesús Nazareno y Siete Palabras, Museo Etnográfico Provincial de León, Coro Santa María, Grupo de teatro Testes Temporum, Párroco de Mansilla, Cronista Oficial de la Villa.

ACTIVIDAD REALIZADA

IX Rito de Tinieblas. Mansilla de las Mulas.

IX Rito de Tinieblas. Mansilla de las Mulas.

IX Rito de Tinieblas. Mansilla de las Mulas.

Taller Didáctico "Nuestra Semana Santa".
Broches de Cofrade y Manola.

jueves, 8 de marzo de 2018

PIEZA DEL MES DE MARZO


“LA MEDIA HEMINA. Función y variantes locales”.

Investigador: D. Javier Revilla Casado
Doctor en Historia. Profesor Asociado de la Universidad de León
Sábado, 10 de marzo de 2018
 17:30 h.

Patio Espacio Peregrino. Planta Baja.
Museo Etnográfico Provincial de León. Mansilla de las Mulas.
Actividad Gratuita






La Diputación de León a través del Museo Etnográfico Provincial de León, en la Actividad “Pieza del Mes”, ha programado para este mes de marzo como mes de inicio del ciclo agrícola, después de la época invernal, una conferencia que gravita en torno a una pieza relacionada con la mesura y el peso del cereal en la época preindustrial, como es la media hemina que se expone en el área 7 del Museo dedicada a la agricultura.

Será D. Javier Revilla Casado, Doctor en Historia, Profesor Asociado de la Universidad de León así como Coordinador del Museo de la Industria Harinera de Castilla y León (MIHACALE) en Gordoncillo quien nos hará de introductor y analítico de los sistemas de peso y medidas de capacidad de cereal.

         Para el conferenciante la Hemina, cuartal, media fanega, alquer, barchilla... son medidas para la contabilización del cereal que dependiendo de la zona, este instrumento agrícola cambia el nombre. Se trata de una medida tradicional, que trasladada a nuestro actual Sistema Métrico Decimal equivaldría a unos 18 litros de capacidad o unos 14 kg de peso (de trigo).

          Pero, no solamente varía la denominación, sino también cambian sus dimensiones, puesto que se ha comprobado que, de unos pueblos a otros, incluso entre familias, el tamaño y por tanto la capacidad difería. Se debe, por tanto, olvidarse de la exactitud que hoy pretendemos; antaño todos entendían que 4 cuartillos eran un celemín, que 4 celemines hacían una hemina, que 3 heminas eran una fanega y que 2 fanegas eran un costal; o no, porque esto era lo más habitual, pero tampoco era una fórmula exacta.

      Por aquello de tratar de entender y diferenciar, en esta conferencia D. Javier Revilla se ha detenido en medir, cubicar y pesar con trigo algunas heminas. Se mostrarán los resultados de este estudio de medidores tradicionales. También pidió colaboración a través de las redes sociales para que le enviasen fotos de estos elementos, recibiendo numerosas referencias.

       Con esta actividad se pretende recordar que, hace no tanto tiempo, el grano se medía de manera diferente; y conocer uno de los instrumentos más habituales utilizados para ello: la hemina o cuartal.

ACTIVIDAD REALIZADA

F. Javier Lagartos, Técnico Superior MEPL, haciendo la
presentación del conferenciante Javier Revilla Casado

Javier Revilla Casado en un momento
de su conferencia

Javier Revilla posando junto con la media
hemina, protagonistas ambos de la Pieza
del Mes de marzo

Público asistente

Javier Revilla Casado




PRESENTACIÓN: VIRGEN DE SANTA MARÍA DE ESCALADA. La "imaginación" de una Virgen.

PRESENTACIÓN
la “imaginación” de una virgen.

Museo Etnográfico Provincial de León. Diputación de León.

PRESENTACIÓN: 10 de marzo 17:00 h.
LUGAR: Museo Etnográfico Provincial de León. Mansilla de las Mulas.




La Diputación de León a través del Museo Etnográfico Provincial de León, realiza el día 8 de marzo la PRESENTACIÓN de la talla “SANTA MARÍA DE ESCALADA: La “imaginación de una virgen”, y con la siguiente exposición durante unos días.

Según la Comisión de Donantes Pro-Virgen de Santa María de Escalada el deseo popular surgido hace tiempo para llevar al Priorato de Escalada una réplica de la imagen románica de Santa María de Escalada, cuyo original se guarda en el Museo de León, ha sido alcanzado.  Y se espera tener en breve su presentación, bendición, y puesta al culto en la que fue su casa.

El sentimiento y la devoción mariana es muy compartida en toda esta comarca; y se busca que, en su camino de regreso, la Virgen de Escalada pueda ser reconocida y admirada en este Museo: “templo” que guarda nuestras raíces más entrañables; también las religiosas y tradicionales.

Por ello ofrecemos un sencillo acto de información, divulgación y presentación pública, con la participación del escultor que ha realizado la réplica, Don José Ajenjo Vega, la asistencia de Don Ángel Sahagún, Prior de Escalada; y del presidente de la Comisión de Donantes, Don Alfredo García. 

ACTIVIDAD REALIZADA

D.F. Javier Lagartos, Técnico Superior MEPL
 D. Alfredo García, Presidente de la Comisión de donantes
 y D. José Ajenjo escultor autor de la talla.

D. Alfredo García, Presidente de la
Comisión de Donantes.

D. José Ajenjo, escultor, autor de la talla

Público asistente

La secuencia de ejecución de la talla de la Virgen Santa
María de Escalada

Virgen Santa María de Escalada





miércoles, 7 de marzo de 2018

EXPOSICIÓN TEMPORAL


EXPOSICIÓN 50 ANIVERSARIO. CON LOS OJOS DE COSAMAI

Museo Etnográfico Provincial de León. Diputación de León.

FECHAS: 8 marzo – 31 de marzo 2018
INAUGURACIÓN: 8 de marzo 12:00 h.
LUGAR: Museo Etnográfico Provincial de León. Mansilla de las Mulas.




La Diputación de León a través del Museo Etnográfico Provincial de León, programa del 8 al 31 de marzo la Exposición fotográfica itinerante denominada “Exposición 50 aniversario. Con los ojos de COSAMAI”, con motivo del 50º Aniversario de la apertura del Centro Ocupacional COSAMAI actual, otrora Colegio Santa María Madre de la Iglesia.

Esta muestra pretende acercar a los ciudadanos a la conquista de derechos que han vivido, y siguen viviendo, las personas con discapacidad intelectual, que vean cómo ha sido esa conquista, en la que todavía están, de ser ciudadanos de pleno derecho. Siendo por ello que los verdaderos protagonistas de esta exposición son las personas con discapacidad intelectual

El Museo Etnográfico Provincial de León se suma al principal objetivo de esta exposición dando visibilidad a estos ciudadanos, mostrando sus potencialidades a través de sus trabajos y para concienciar al resto de la sociedad de que necesitan de nuestra colaboración para así llegar a conseguir una sociedad más justa para todos.

ACTIVIDAD REALIZADA




jueves, 1 de marzo de 2018

NOTICIA: El legado prehistórico que dormía en León

Ocultos durante milenios, más de una veintena de altares rupestres han aflorado en la última década en León. Ha sido gracias a la infatigable labor del astorgano Juan Carlos Campos, un apasionado de la arqueología que descubrió unos espectaculares grabados del Calcolítico en el Teleno e inoculó en decenas de aficionados la búsqueda de petroglifos.

Juan Carlos Campos ante los laberintos que descubrió
 hace una década en Peñafadiel. - Amando Casado

VERÓNICA VIÑAS
El día que Juan Carlos Campos descubrió unos espectaculares petroglifos ni siquiera tenía pensado ir al Teleno. «Voy al sitio donde nunca hay nada», le había dicho a su mujer. Cuando estaba a punto de darse la vuelta, se topó con grabados de 6.000 años de antigüedad decorados con motivos inéditos. Dibujos y mensajes cuyo significado nadie ha descifrado aún. Unos grabados que dejaron atónito a Jeff Saward, una autoridad mundial en laberintos.

Han pasado diez años de aquel hallazgo y, en este tiempo, el legado prehistórico que dormía en León ha ido saliendo a la luz. Los grabados de Peñafadiel fueron la «semilla», porque, a partir de entonces, no sólo Campos, sino una pequeña legión de aficionados como él a la arqueología, han encontrado cazoletas y grabados que van de la Prehistoria a la Edad Media en lugares como Lucillo, Peñafurada (en Andiñuela), Peñamartín (en Chana de Somoza), en prácticamente toda la Maragatería, en el Bierzo, en los Ancares y en Alija del Infantado.

Campos publicará a finales de marzo el libro Grabados rupestres de la provincia de León, auspiciado por el Centro de Estudios Marcelo Macías, donde contará todos los descubrimientos de esta fructífera década. El libro es su particular forma de preservar unos hallazgos que la Junta «ni siquiera se ha dignado incluir en su inventario de Bienes de Interés Cultural. Todo lo contrario a lo que ocurre en Galicia», lamenta. Sus descubrimientos desataron una «fiebre de piedras» en la comarca y muchos otros devotos de la arqueología se apuntaron a la búsqueda de un tesoro prehistórico desdeñado por los investigadores, aún cuando la Universidad certificó la antigüedad de los petroglifos próximos al Teleno, a los que Campos denomina «la joya de la corona». Gracias a su espectacularidad —dice— «la gente se involucró en la búsqueda de nuevos grabados» y los hallazgos se multiplicaron por cuatro. En su libro citará a una docena de personas que localizaron más de una veintena de estaciones rupestres, donde hay, como mínimo, dos o tres piedras con dibujos y laberintos milenarios.

«Para la Junta, los petroglifos parecen un problema, porque no ha demostrado interés en ponerlos en valor. Ellos no se mueven y les molesta que otros encuentren cosas. En cambio, hemos conseguido que la gente de los pueblos hable de la Prehistoria».

Buscadores de tesoros

Entre los descubrimientos hay que destacar los que salieron a la luz el año en los Ancares. José Anglés Correa, un amante de la montaña, localizaba nada menos que siete estaciones rupestres en esta comarca leonesa; los primeros hasta la fecha. Asimismo, son excepcionales los que Campos encontró en el Castro Colorado, que podrían ser uno de los únicos vestigios astures que han perdurado. Campos batió este asentamiento astur-romano del ayuntamiento de Valderrey hasta que dio con unos grabados que han resultado ser excepcionales. Se trata de un grupo de antropomorfos (figuras esquemáticas con forma humana), posiblemente de la Edad del Hierro, en posición orante y quizá las primeras representaciones del arte astur de este tipo que aparecen en León.

En su nuevo libro Campos también describe los que aparecieron en Castrillo de la Valduerna y en Villar del Monte. Con estos hallazgos el arte prehistórico deja de ser irrelevante en León y aún faltan muchas zonas por ‘batir’, sobre todo, en la Montaña Oriental.

Celos aparte, algunos arqueólogos e historiadores sí reconocen la labor encomiable de estos aficionados, que figurarán con nombres y apellidos en el nuevo libro de Campos. Ana Franganillos descubrió una estación rupestre cerca de Viforcos; Mark Raes, un belga afincado en Andiñuela, localizó en esta localidad petroglifos con forma de serpiente; y Pedro Dios, natural de Priaranza de la Valduerna, encontró una roca con grabados rupestres mientras pescaba en el Duerna.

CONFERENCIA. MARZO 2018


“TEJEDORAS DE TRADICIÓN Y CAMBIOS”.

Conferenciante: Dª. Ana Gaitero Alonso
Periodista
Sábado, 3 de marzo de 2018
 17:30 h.

Patio Espacio Peregrino.
Museo Etnográfico Provincial de León. Mansilla de las Mulas.
Actividad Gratuita



La Diputación de León a través del Museo Etnográfico Provincial de León realizará el 3 de marzo, una conferencia dedicada a la mujer, de cómo la mujer ha sido, como el título de la conferencia explicita, una tejedora de la tradición y de los cambios que ella ha propiciado.

Esta actividad se realiza en este mes para celebrar que el 8 de marzo ha sido el día elegido en 1910 por la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas como el Día Internacional de la Mujer Trabajadora debido entre otras razones a la huelga que realizaron decenas de obreras textiles en Nueva York en el año 1857.

La conferencia “Tejedoras de tradición y cambios”, correrá a cargo de Dª Ana Gaitero, periodista, quien hablará de cómo leonesas de todos los tiempos han formado parte del torrente de mujeres que han cambiado el mundo en el último siglo. Tejedoras de cambios han sido pioneras como la maestra y columnista Calimeria Montiel Marcos, la primera mujer que escribió en el Diario de León hace ya 112 años y aquellas jóvenes leonesas que traspasaron las puertas de la universidad cuando todavía se exigía permiso gubernativo, como Nieves González Barrio, una de las primeras tituladas en medicina, o Genara González de Linares, que fue la primera bachiller de la provincia.

Asimismo, Ana Gaitero glosará los retos y dificultades que afrontaron las mujeres cuando a principios del siglo XX las sufragistas reclamaban el derecho al voto femenino y el dictador Primo de Rivera les hizo la 'concesión' de nombrar a las primeras concejalas de la historia en España. En León capital fue la señorita María Sánchez Miñambres, una mujer de mundo aunque de ideas conservadoras la primera en sentarse en 1925 en un sillón del consistorio.

El acceso de la mujer a profesiones reservadas a los hombres como la abogacía no fue sencillo. Rudesinda Fernández Pereiro recibió la callada por respuesta en el Colegio de Abogados de León tras presentar los papeles para ejercer la profesión en 1946. Pasaron 21 años hasta que Carmen Sánchez González, logró la venía en 1967.

Será un momento especial para dar un homenaje a las mujeres de una sociedad que lucharon por unos derechos que les pertenecían pero que les ha costado obtener y que gracias a estas pioneras, la mujer actual tiene un camino preparado para seguir luchando hasta obtener una igualdad plena dentro de la sociedad con el hombre.

ACTIVIDAD REALIZADA

D. Javier Lagartos, Técnico del MEPL, y Dª. Ana Gaitero, Periodista.

Dª. Ana Gaitero Alonso,
Conferencia "Mujeres: tejedoras de tradición y de cambios"




COLABORACIÓN: "NOSTALGIAS"



Autor: Ricardo Herreras
Quienes somos nostálgicos nos parecemos un poco a esos locos que corren tras la brisa a fin de refrescarse con la misma. Dicen que la nostalgia es un sentimiento inútil; es posible, en cualquier caso yo personalmente admito que no puedo librarme de ella. Y mucho menos llegando determinadas fechas.

Porque el 11 de noviembre (festividad de San Martin o de “San Martino”) fue un día lleno de recuerdos. A buen seguro que las nuevas generaciones abducidas por todo lo que huela a multimedia no sabrán de qué estoy hablando, pero todavía hasta finales de los años 70´ en Mansilla de las Mulas se celebraba – ininterrumpidamente desde la Edad Media – la que era sin duda una de las más importantes y espectaculares ferias ganaderas a nivel nacional, nada que ver con el desangelado e impersonal evento multisectorial del presente.

Los que en ese tiempo éramos niños y vivíamos en pueblos cercanos contemplábamos, entre atónitos y embelesados, desde más de una semana antes y procedentes de todos los rincones de España, el interminable trasiego de incontables rebaños de ovejas merinas escoltadas por enormes perros mastines, vistosas reatas de mulos y asnos guiadas por altaneros mayorales a caballo, familias enteras que viajaban en carros engalanados bien cargados de productos hortofrutícolas o de la reciente matanza (es sabido que “A cada cerdo le llega su San Martín”) de ese marrano criado con tanto mimo en casa durante meses inundando literalmente el Camino Real Francés y la antigua calzada romana en dirección hacia dicha localidad leonesa.

A tan famosa cita anual en la enorme, abarrotada y colorida explanada junto a las murallas medievales de la villa no podían faltar aquellos entrañables tratantes (también llamados “muleteros” o “chalanes”, en su mayoría gitanos, enseguida distinguidos por su peculiar atuendo: blusa de tres cuartos negra, tralla en mano, cuerda terciada sobre los hombros, cabeza tocada con una gorra visera, boina o sombrero) y charlatanes (a los que recuerdo como bastante más simpáticos y en el fondo honestos que muchos de los dirigentes políticos que padecemos en la actualidad) intentando venderte los productos más extraños y variopintos con sus shows de labia incontenible. Ni la compra de la tradicional ristra de ajos para su siembra inmediata (“Por San Martino, el ajo fino”) ni mucho menos la muy agradecida degustación de ese riquísimo y típico plato de bacalao preparado al estilo mansillés, acompañado de cecina de chivo en los entrantes y regado con buen vino de la tierra.

Eran los últimos coletazos de un mundo rural ya condenado sin miramientos ni consideración al ostracismo desde por lo menos los años 60´, despreciado después para librarnos de nuestro vergonzante pasado pueblerino y subirnos así al tren de la modernez que trajo la también hoy cuestionada (sí, por aquello de “la división internacional del trabajo”, Alemania y Francia nos convirtieron, con la complicidad de algunos politicastros, en un “país servicios”, eufemismo que esconde la triste realidad de un “país de bares y chiringuitos playeros”) entrada en la entonces CEE, momento en el que fue apuntillado de forma casi definitiva.

Un mundo rural en ningún caso idílico, pero que se corresponde con mi infancia. Y quien ha vivido la infancia en un pueblo sabe lo especial que ello resulta. Quizás por eso rememoro ahora dicha época con una pátina de tenue nostalgia y esquiva benevolencia, como suelen hacer quienes – como un servidor – nunca hemos terminado de ubicarnos en ninguna parte al haber vivido a caballo entre los estertores de lo que despectivamente se tildó como “viejo” y entre el principio de lo que efusivamente se abrazó como “nuevo”.