martes, 30 de enero de 2018

NOTICIA: 'Ganaderas en red' en 'Conversaciones sin red'

COMARCAS. La organización agrupa a un centenar de ganaderas y su objetivo es visibilizar el papel de la mujer en el campo y defender la ganadería extensiva como modo de vida y de ello hablarán en Veguellina de Órbigo.


Ical | 28/01/2018
Aránzazu Pérez y Violeta Alegre, dos de las pastoras de la organización 'Ganaderas en Red', que agrupa a cerca de un centenar de ganaderas de toda España con el objetivo de visibilizar el papel de la mujer en el campo, serán las encargadas de inaugurar el próximo sábado la cuarta temporada del proyecto de entrevistas culturales desarrollado por el Ayuntamiento de Villarejo de Órbigo. El colectivo ha revolucionado las redes sociales al ritmo de su propia versión de la canción ‘Despacito’, de Luis Fonsi.

El videoclip cuenta ya con más de 325.000 visitas en Youtube y la letra de su estribillo habla de la “conservación de un mundo ya casi perdido”, habitado por “corderitos” y “San Benitos”. En esa línea, las integrantes del colectivo se definen como “mujeres de tierra, viento y ganado” y explican que los motivos de esa definición son “la tierra en el alma, el viento en el pelo y el ganado en el corazón”. Entre los objetivos de la asociación de pastoras figura “la defensa de la ganadería extensiva como modo de vida” de las habitantes del mundo rural y como “garantía de la supervivencia del planeta”.

Respecto a las dos protagonistas de la charla, Violeta Alegre reside en la localidad de Veguellina, en el mismo municipio de Villarejo de Órbigo, mientras que Aránzazu Pérez es asturiana, pero está afincada en León desde su adolescencia y pastorea su rebaño en invierno en la localidad de Llamas de la Ribera. El escritor Tomás-Néstor Martínez será el encargado de dirigir la conversación, con su particular estilo cercano y abierto.

El acto, con el que se inaugura la cuarta temporada de 'Conversaciones sin red', tendrá lugar en la Sala Cultural Caja EspañaDuero de Veguellina, a partir de las 19.30 horas. Por el ciclo han pasado personalidades como el obispo de Astorga, Juan Antonio Menéndez, o el médico y nieto del ensayista Miguel Unamuno, Pablo Unamuno. Junto a ellos, deportistas como Nary Ly, la primera maratoniana camboyana en competir en unos Juegos Olímpicos, o el ultrafondista cepedano y campeón mundial Salva Calvo, también han participado en la iniciativa.

NOTICIA: Viajes a la luna... de miel

CULTURA. Los viajes de novios, las históricas lunas de miel, han sido el momento más recordado de tantos matrimonios de aquellos tiempos en los que lo exótico era París y lo habitual... a ordeñar.


lanuevacronica.com
Toño Morala | 29/01/2018
¡Ay, ay, ay, el amor, el cortejar, somos novios, nos casamos…! Todo un rito de ritos desde tiempos inmemoriales; la mujer y el hombre fueron fraguando toda una serie de costumbres y de modas en todas las épocas; épocas aquellas donde todo era muy sencillo y pobre en las tierras de la tierra; pero algunos siempre se salieron del tiesto, eran los mandamases, los del poder, los que gobernaban el designio de las plebes y de los que pagaban tributos a diestro, siniestro, dioses, y vaya usted a saber cuántos más tributos y quién se los llevaba; más o menos como ahora, solo que ahora lo enmascaran con otras cosinas más sutiles; nos damos cuenta, pero los dejamos pasar cortésmente; pero seguro que algún día cambiarán las cosas y la tortilla se dará la vuelta y nos pillará debajo, como dicen las sabias abuelas. Pero esa es otra historia.

Como iba escribiendo, las liturgias, las vestimentas, ajuares varios, alguna tierra para labrar, cuartos pocos… pero aquello del viaje de novios o luna de miel; tela. Aquí sí que se podría comentar las vicisitudes de algunos en aquellos maravillosos viajes de novios, pero eso sí, viaje a la cuadra a ordeñar al ganado, a la hierba cuando tocaba embarazo… aquí hay que decir que las bodas se celebraban casi siempre después de acabar las duras jornadas del campo, desde la recogida de la hierba, la mies, la vendimia… en las ciudades la cosa iba de otra manera, precisamente un poco al contrario, verano era la estación donde más se casaban las buenas gentes. Pero después de los fastos de la boda, algunos iban de viaje de novios o luna de miel… qué bonito, conocer lugares nuevos, el romanticismo de aquellos días para el recuerdo, la ilusión de los novios; bueno y, si escribimos sobre cómo iban las parejas de viaje de novios, no habría periódico para llenar anécdotas y risas, alguna desgracia, y menos cosas raras de las que parecen. Ir, por ejemplo, de viaje de novios en la Lambretta o la Vespa, ella de lado, y en el portabultos una pequeña maleta de aquellas de cartón cubierto de tela de maleta, inconfundible aquella tela, y la novia con la pañoleta y las gafas de sol al viento y, ¡hala!, a conocer el mar por el puerto de Pajares abajo hasta llegar a Gijón, y ver aquella inmensidad de agua salada, y las olas, y el puerto… y comer sardinas con sidrina, y remangarse el pantalón, para y, cogidos de la mano, pasear por la playa de San Lorenzo románticamente enamorados, y luego ir a una de aquellas pensiones de calles de segunda línea de playa, y pasar unos días de viaje de novios inolvidables. La vuelta en la Vespa y subiendo el pajares, mejor no comentarlo. 

Y ya puestos, pues también recordar aquella luna de miel, de ir al cine y al teatro… otros tiraban de coche de línea desde el pueblo hasta la estación del norte, y de ahí rumbo en tren a lugares más lejanos como Madrid, Barcelona… los que tenían coche, aquellos eran unos privilegiados, viajaban hasta que se acababan las perras, algunos iban sin rumbo fijo, a la buena de dios, y como dios; eso sí, tiraban de bocadillos de chorizo y salchichón como estaba mandado y la bota al fresco amarrada al retrovisor del coche; también, muchos novios, iban a las casas de familiares que se marcharon a la emigración tanto de interior como en el extranjero. Más para acá, ya se hacía el viaje de novios comprado en una agencia de viajes, y si había posibles pues se iba a las Islas Canarias, a Mallorca; y a lugares idílicos como el Caribe, casi nada.

El origen de la luna de miel tiene varias versiones, entre ellas están por ejemplo la proveniente de Babilonia, hace más de 4000 años, donde el padre de la novia le daba al novio toda aquella cerveza de miel que pudiera beber durante un mes (una luna). Entre los romanos, la madre de la novia dejaba en la alcoba nupcial cada noche durante un mes o una luna, una vasija con miel para los recién casados. Se dice que fueron los Teutones en Alemania, quienes comenzaron con esta tradición; ellos celebraban sus bodas solamente bajo la luna llena y luego del evento, los novios bebían licor de miel durante los 30 días posteriores a la boda. Este período entonces llegó a conocerse como Luna de Miel. Por otro lado se dice que la expresión «Luna de Miel», data del siglo XVI, es de origen escandinavo y viene de una antigua costumbre de Europa septentrional, que significa «el primer mes» o «la primera luna» después de la boda. Durante este período, los novios acostumbraban tomar hidromiel, bebida elaborada a base de vino y miel que aumentaba la fertilidad. Así también para la comunidad septentrional de Europa, la luna de miel significaba aislamiento, ya que cuando un hombre de este lugar secuestraba a una joven de un poblado cercano, éste era obligado a ocultarla durante un tiempo; el único que sabía dónde estaba era el «padrino». Cuando la familia de la novia dejaba de buscarla, el hombre regresaba a su poblado. Por otro lado las parejas recién casadas, tenían tantas obligaciones cotidianas que les era imposible pasar algunos días o semanas disfrutando de un viaje y de su pareja. Caso totalmente contrario a como es hoy. Hoy en día la luna de miel, es algo totalmente diferente, ahora suele consistir en un viaje a algún lugar romántico y, a menudo, lejano y exótico; es uno de los momentos más esperados y placenteros para los recién casados, en el cual se aíslan para iniciar su vida matrimonial.

En ciertas tendencias religiosas, se considera que “Dios” escogió la miel como símbolo del casamiento durante siglos por tratarse de un alimento perenne e incorruptible, y que se torna aún más dulce con el paso de los años. Asimismo, se cree que la tradicional luna de miel podría tener sus raíces en costumbres de la burguesía inglesa del siglo XIX, puesto que los recién casados solían viajar luego de efectuado el matrimonio, con el propósito de visitar a aquellos parientes que por algún motivo no habían podido concurrir a la celebración. Mediante estas visitas, los novios se presentaban formalmente como pareja, aprovechando la ocasión para conocer nuevos destinos al tiempo que daban inicio a su vida conyugal. Esta costumbre se expandió rápidamente por el resto de Europa, y se popularizó aún más durante el siglo XX, gracias a los avances de los medios de transporte y el desarrollo de la actividad turística.


Hubo también alguna película que llegó al éxito a través de estas componendas de viajes de novios. Una de ellas fue… “Los asesinos de la luna de miel…” La cinta nos presenta a dos personajes: Martha, jefe de enfermeras del Hospital de Mobile en Alabama, con sobrepeso, soltera y una falta de cariño más que evidente. Ray es un inmigrante de origen hispano, el típico gigoló que utiliza agencias para citarse con mujeres, aprovechando la situación para robarles. La pareja se conoce gracias a una broma de la mujer que cuida de su madre. La chica se enamora de Ray, pero él no está muy por la labor; tras el engaño inicial, ambos se unirán para escoger a sus víctimas, mujeres solteras y viudas, a las que Ray seduce en primera instancia, haciéndoles creer que se va a casar con ellas, para matarlas posteriormente de forma macabra. Martha, que se hace pasar por su hermana, tendrá que hacer grandes esfuerzos para aguantar los celos y vigilar que su amado no cometa el acto sexual con sus futuras víctimas. Qué tétrico. Antiguamente, las latas se colgaban porque, como sucede en otras muchas tradiciones, se creía que su sonido ahuyentaba a los malos espíritus que podrían enturbiar el futuro feliz de los recién casados. La magia, los ritos, las costumbres, la cultura de los ancestros… viaje de novios, de luna de miel. Y los que en su día no han podido ir, que lo manden todo al carajo, y se vayan unos días de luna de miel, como lo manda la tradición, el amor, y la siempre maravilla de ser joven con ochenta años, o menos…

NOTICIA: Las Candelas dan chispa a Toreno

FIESTAS. Los días 3 y 4 de febrero más de 40 expositores de artesanía se dan cita en el pabellón de deportes, donde también habrá actividades de animación.

Alimentación y artesanía se dan cita en Las Candelas. | ICAL
L.N.C. | 29/01/2018
Toreno celebra otro año más su tradicional Feria de Las Candelas, un evento que se había perdido en las últimas décadas pero que desde el Ayuntamiento que dirige Laureano González, han querido rescatar y ponerla como fecha señalada en el calendario ferial de la comarca del Bierzo. Tendrá lugar los días 3 y 4 de febrero, en horario de 12:00 a las 20:00 horas, en el Pabellón Municipal de Deportes de Toreno.

Los visitantes podrán degustar un vino y un pincho en la inauguración a cargo del cortador profesional de jamón Javier Del Río. Habrá más de 40 expositores entre los que se podrán encontrar una gran variedad de productos de panadería y dulces de elaboración tradicional, bisutería artesanal, cosmética natural, alfarería, reciclaje, manualidades, embutidos, quesos y un puesto de venta y degustación de pulpo a la feria. 

A lo largo de las dos jornadas de feria se han programado varias actividades de animación, como la ‘entrega del pan bendito’, una pista de hielo ecológica, ludoteca infantil, exposición de la obra gráfica de Isabel Fernández, un taller de elaboración de queso artesanal y un taller de elaboración de instrumentos musicales, la actuación del Mago Toño, música tradicional y de orquesta y chocolate a la taza.

COLABORACIÓN: EL ORUJO

ALQUITARAS Y ALAMBIQUES; LA RAZÓN DE SER DEL ORUJO...
ORUJEROS, CAÑEROS Y POTEIROS, LOS ALQUIMISTAS DEL HOLLEJO DE LA UVA… LOS RITOS DEL AGUA DE FUEGO


Alquitara para destilar orujo.

El orujo saliendo de las alquitaras…
Autor: Toño Morala
Aquí hay mucha chapa cortada y remachada; más tarde soldada y con junta de barro… escribir sobre la ancestral forma de destilar orujos y licores espirituosos para ayudar a llevar mejor la vida tiene su aquel; demasiadas palabras que significan más o menos lo mismo, demasiadas maneras de preparar los licores para, tan pronto sirvan para calmar la dura vida en su proporción justa o, bien, para ayudar en muchos casos a la salud. Aquella salud que no estaba a prueba de nada y, mucho menos a prueba de la pobreza y sus graves consecuencias. 
Los alquimistas de la sabiduría popular tuvieron durante siglos, las fórmulas guardadas que pasaban de padres a hijos y al espíritu santo, nunca mejor dicho. Tales espirituosos salían de la cocción en potas de cobre y chapa, tan pronto remachadas por hojalateros de calle y taller en los soportales de la vida. 

Vieja manera de extraer orujo con alquitara  muy tradicional.

Más tarde, se soldaban para que tuvieran menos pérdidas tanto de calor como de presión. Las connotaciones rituales y mágicas de aquellas pócimas sanadoras del cuerpo y del alma están arraigadas en los mismos orígenes de la civilización. Todavía uno recuerda aquella sana costumbre de los abuelos cuando iban al tajo, bien al campo, a la mina… “La Parva”, hasta el nombre tiene esa belleza que las palabras del pueblo llano y sencillo han ido alumbrando con el paso de los años. Pues bien, la cuestión era que con el desayuno y, al finalizar el mismo, con un trozo de pan se metía entre espalda y garganta un trago de orujo para que calmara la rabia, el frío y, a veces, la tristeza de aquellos inviernos de mirada helada y noches de aullidos del viento.
 La "parva", un pequeño trago de orujo que,  en los días
 invernales, venía muy bien.
De esos orujos sale el aguardiente obtenido por destilación de los sobrantes del pisado de la uva, las partes sólidas de la vendimia que no tienen aprovechamiento en la previa elaboración del vino… hollejo se denomina en varias partes o comarcas, en otras, borra, bagazo... La técnica de elaboración aparentemente es sencilla, pero tiene su intríngulis y su forma de hacer con lentitud, maestría y paciencia. Con la destilación de orujos no se pretende una simple extracción de alcohol, sino más bien una extracción fina y selectiva de los componentes aromáticos contenidos en los orujos, mediante la concentración del alcohol y con el adecuado obtener una bebida placentera para los sentidos, respetuosa con una tradición y una cultura, y que defina en sus características la personalidad diferenciada de la materia prima de la que procede.
Cestas con el hollejo para echar en el alambique.

Aguardiente: con los restos de la uva, éste se metía en el alambique o alquitara, se echaba un cántaro de agua y se ponía al fuego hasta que hervía; la parte de arriba del alambique tenía una especie de cabeza donde se ponía agua, que cuando estaba muy caliente se cambiaba por fría; entonces por el cambio de temperatura caía el vapor de agua convertido en aguardiente por un tubo que iba desde la cabeza a otro recipiente; esta operación duraba unas dos horas y la cantidad de aguardiente que salía era variable, dependiendo del tamaño de la alquitara, que solía ser de unos cinco litros; el alambique era más industrial.
Alambique más industrial
Su fabricación es tradicional de las zonas gallegas y del Bierzo, el sur de León, y en la comarca de los picos de Europa, en Potes (Cantabria), entre otras muchas comarcas. Su forma de fabricación puede ser destilada en alambiques o alquitaras. El sistema es muy parecido siendo este último más lento y artesanal. La técnica y el arte de la destilación consisten en regular el aporte externo de energía (calor), para conseguir un ritmo de destilación lento y constante, que permita la aparición de los componentes aromáticos deseados en los momentos adecuados. En algunas comarcas, la obtención del aguardiente de orujo de ollejo de uva tenía esa parte ambulante de los “cañeros”, hombres de la zona del sur de Lugo que llegaban con sus potas en caballerias a pueblos, aldeas y barrios del Bierzo, y por turno, iban quemando en sus inventos para destilar el preciado aguardiente.

Destilando lentamente, gota a gota, lágrimas para hechizar…
En el Bierzo, los abuelos acondicionaban el “alpendre” (lugar techado donde se guardan aperos de labranza, animales, leña…) y para ello hacían una especie de cortina para que no entrara el frío, se hacía el sitio para colocar la pota, se colocaba en el suelo que, generalmente era de tierra y se hacía un pequeño agujero donde se hacía la lumbre y encima iba la pota. El agujero se tapaba y quedaba para el año siguiente; días antes se traía una buena carga de leños grandes para el fuego. El “cañero” se quedaba mínimo una semana, dependía de los vecinos que habitaban los pueblos; y según las potadas (cada vez que se llena y se vacía es una potada). El “cañero” dormía en el alpendre, un espacio con pajas de maíz secas y colocaba el jergón encima.

Alquitara convencional con lumbre en el suelo…

El fuego no se podía apagar y menos mientras se estaba destilando. Se tardaba de 4 a 6 horas en cada destilado, manteniendo la temperatura; además había que ayudarle a cargar y a descargar todo el proceso y, a la hora que fuese, pues venían generalmente sólos. Ayudaba también el banco de la matanza para hacer trasiegos y otras labores. El vecino que ese día le tocaba hacer “orujo” era el encargado de alimentar al “cañero”, al turno del desayuno… había que llevárselo, pero si a la hora de comer ya estaba laborando con la vecina, en otra casa, la vecina le traía la comida y el vino. Y así todos los días que se quedaba. Lo interesante era por las noches cuando se reunían todos los vecinos en el “alpendre” y empezaban a contar batallas de juventud… en esos días se asaban castañas al lado de la pota y, las abuelas, era cuando más pan horneaban en el horno de leña. Hacían unos panes de maíz con arenques de muerte lenta; pero si el “cañero” era de paladar fino, pues no le servía cualquier comida y protestaba… las abuelas no se complicaban y les hacían cocido y el “cañero” encantado. Los mayores se acercaban con un vaso a aquel palo donde caía aquella “agua” y bebían.

Diferentes hierbas para dar sabor y color al orujo…
En la elaboración del aguardiente de hierbas, se empleaban un mínimo de tres especies de plantas. Se permite el uso de cualquier especie apta para uso alimentario, entre las que se citan, por ser de uso más tradicional, las siguientes: menta, manzanilla, hierba luisa, romero, orégano, tomillo, cilantro, azahar, hinojo, regaliz, nuez moscada y canela. La elaboración podrá ser por maceración de las hierbas, por destilación en presencia de las mismas o por una combinación de ambos métodos.
Impartiendo la paciencia del saber hacer orujo para las penas 
y las alegrías.
Los destiladores tradicionales (poteiros, cañeros) recurrían a procedimientos artesanales para determinar el destilado aprovechable; agitaban una muestra en un vaso para observar la persistencia de las burbujas y lo frotaban entre las palmas de las manos valorando el olor. Aún admitiendo que la experiencia y destreza de los poteiros les permite alcanzar un notable grado de exactitud, dicen los expertos que parece más correcto, medir con alcohómetro las graduaciones de salida, para separar correctamente, cabezas, corazones y colas. El porcentaje promedio por una uva de buena calidad lo consideran los expertos en un compuesto de un 28% de raspones, 40% de hollejos, 30% de pepitas, 2% de otros elementos. El orujo se ha de conservar un tiempo para que los azúcares que contienen se trasformen en alcohol, también el excesivo prensado de las uvas influye sobre el rendimiento y la calidad de la destilación. La ruptura de las pepitas, ricas en aceite, puede trasmitir aroma y gusto a rancio. 
El alambique...
El alambique es el sistema de destilación más utilizado. Da mejores rendimientos técnicos que la alquitara, con calidades no inferiores y a veces superiores. Es una considerable mejora técnica sobre la alquitara, al separar las fases de vaporización y condensación, lo que permite un mayor control del proceso. Al igual que en la alquitara, el condensador refrigerante lleva dos orificios de entrada y salida de agua (grifo), que se mueve a contracorriente de los vapores en el serpentín. En ciertas regiones como Galicia (tampoco León se queda a la zaga) es de uso muy común entre los labradores, dando lugar a las célebres queimadas nocturnas, extendidas después junto con los “conxuros” que las acompañan; se celebran con gran afluencia de público en fiestas en honor a esta bebida milenaria. Y recuerden… “vino, orujo y piqueta… todo lo da la cepa”.

Alambique de columna.

NOTICIA: «Jamás lograrán una lana superior a la de León...»

Rodríguez Pascual prologa el facsímil de ‘Instrucción para pastores’, mítico libro del siglo XVIII. Mañana lo presenta.

Manuel Rodríguez Pascual, doctor en Veterinaria e investigador.
 MARCIANO PÉREZ -

E. GANCEDO | LEÓN
30/01/2018
Manuel Rodríguez Pascual podría estar días enteros hablando de la trashumancia ibérica, tal es la pasión y el conocimiento que tiene este veterinario e investigador leonés sobre un cúmulo de saberes, historias y tradiciones único en el mundo, aunque, por desgracia, inexplicablemente olvidado y maltratado en nuestros días. Un «patrimonio adaptativo de ocho siglos de antigüedad», como recuerda, que llega hasta nuestros días y que es comparable a otras épicas como la aventura hispana a través de los mares o la conquista del Oeste norteamericano.

Grabado presente en la obra
Mañana, el autor de la mayor trilogía hasta ahora publicada sobre el discurrir de los rebaños de Norte a Sur —en general— y sobre la trashumancia leonesa —en particular— presenta la reedición facsimilar de un libro detrás del cual llevaba Rodríguez Pascual «más de diez años». Se trata de Instrucción para pastores y ganaderos, escrito por el célebre médico y naturalista francés Louis Jean-Marie D’Aubenton y traducido al castellano, considerablemente aumentado y adaptado a la realidad española por Francisco González, maestro de la Real Escuela de Veterinaria de Madrid; se publicó en nuestro país en 1798. La presentación tendrá lugar mañana a las 18.30 horas en el paraninfo Gordón Ordás del edificio El Albéitar, organizada por la Academia de Ciencias Veterinarias de Castilla y León.


"El libro es todo un clásico. Yo lo conocía y lo tenía en fotocopias pero, a pesar de llevar diez años detrás de él nunca había podido hacerme con uno. Hasta que un día me enteré de que un vasco había comprado, por Internet, un original de la obra. Me puse en contacto con él, hablamos, vio los libros que yo había escrito, mi trayectoria, y me dijo: ‘Te lo cedo al mismo precio, usted le dará mucho mejor uso que yo’», cuenta. A continuación, Rodríguez Pascual pidió una ayuda al Ministerio de Agricultura para su edición, algo que consiguió en 2016. Después de un intenso trabajo de limpieza, escaneo, maquetación y estudio —el leonés escribió también el prólogo—, el facsímil es ya una interesante realidad.

Daubenton fue un gran naturalista, profesor de historia natural en el Museo de París, introductor de la oveja merina en Francia —aunque ya antes habían salido ganados de España «de forma ilegal», apunta Pascual— y colaborador del célebre conde de Buffon. En nuestro país, el ministro de Carlos IV, Godoy, («hombre vilipendiado en algunos aspectos, pero de valiosas iniciativas ilustradas, como la creación de la primera Escuela de Veterinaria en 1793», apunta el autor del prólogo), convencido del bajo nivel de los ganaderos y pastores españoles, ordena al albéitar del ejército Francisco González la traducción del libro de Daubenton. Eso sí, «como las condiciones de Francia no eran las de España, le encarga también la adaptación de la obra a la realidad española», aclara Rodríguez Pascual: así, le envía durante un mes a la zona de El Espinar (Segovia), donde se concentraba un número ingente de cabezas de ganado en sus viajes entre la montaña de León, entre otros lugares, y Extremadura y La Mancha, para aprender de mayorales, esquiladores y otras gentes expertas en el manejo del ganado.
Grabado presente en la obra.

La labor de González fue excepcional. «Las adicciones que escribió aumentaron el libro de Daubenton en un 60%, y algunos capítulos los enriquece de modo considerable. Por ejemplo, el relativo al esquileo cuenta originalmente con 13 páginas, pero González las convierte en 46. «Respeta el formato original de preguntas y respuestas, al modo de los catecismos, pero logrando condensar, a la vez, el inmenso patrimonio pastoril hispánico», dice el doctor en Veterinaria recordando que lo leonés, como cabría esperar, no está en absoluto ausente de estas páginas. Por ejemplo, puede leerse en él lo siguiente: «Y aunque los ganaderos trashumantes de Soria, Cuenca y otras partes quieren hacer sus lanas iguales a las leonesas, jamás dejarán de ser éstas superiores a aquellas en peso y finura». Pero mañana, en El Albéitar, Manuel Rodríguez Pascual se referirá a otros detalles de la vida de Francisco González, como que lo acusaron de afrancesado y tuvo que huir de España. A otros se les permitió regresar a sus puestos. A él, nunca.

TALLER DIDÁCTICO: CARNAVAL 2018

Monitora: Dª María del Carmen Álvarez Méndez.

Sábado, 10 de febrero de 2018
De 16:30 a 18:30 horas.

Sala de Didáctica
Museo Etnográfico Provincial de León. Mansilla de las Mulas.
Actividad Gratuita
Previa inscripción




domingo, 28 de enero de 2018

NOTICIA: El cofre del tesoro

CULTURA. El Museo Etnográfico Provincial de León (Mansilla de las Mulas) cumple diez años tras recibir más de 122.000 visitas.

Cocina tradicional expuesta en el Museo Etnográfico Provincial de León
ubicado en el municipio de Mansilla de las Mulas. | ICAL

lanuevacronica.com
Ical | 28/01/2018

Con unos fondos propios de cerca de 9.000 piezas -de las que 1.200 pueden contemplarse en la exposición permanente-, el Museo Etnográfico Provincial de León, situado en Mansilla de las Mulas, cumple el próximo mes diez años de existencia tras recibir la visita de 122.000 personas. El antiguo convento de San Agustín es el cofre en el que se guarda todo un tesoro de tradición e identidad que alberga y exhibe objetos procedentes de innumerables localidades.


Entrada al MEPL. Fachada del antiguo monasterio de san Agustín
El recinto es fruto del proyecto del arquitecto Mariano Díez Sáenz de Miera para edificar un inmueble de una superficie total de 4.490 metros cuadrados, de los que son útiles 3.504. Su diseño se adapta a los restos arqueológicos y se articula en un espacio de tendencia cuadrangular con patio central cerrado, planta baja y dos pisos, con un gran sótano-almacén y un gran vestíbulo que da paso a una amplia estancia, la antigua iglesia y la que fue capilla funeraria de los señores de Villafañe.

El miércoles 20 de febrero de 2008 vio la luz este proyecto que supuso una inversión de más de cinco millones de euros y que se hizo realidad tras la cesión del solar por parte del Ayuntamiento de Mansilla de las Mulas y la colaboración económica de Caja España con la Diputación de León, propietaria de este museo que incluye numerosas áreas temáticas (el hogar, la agricultura y la ganadería, la viticultura y enología, los oficios rurales, cerámica, vidrios, molinos, artesanía textil, indumentaria, joyería, etnomusicología, juegos y juguetes, armas de fuego, religiosidad, fiestas, ciencia y costumbres, entre otras).

Los primeros años de apertura fueron los que más 'tirón' tuvo este nuevo espacio cultural que desde 2015 remonta las cifras de la crisis y cerró 2017 con un balance de 9.300 visitantes. Son datos todavía mejorables, que una mayor difusión en diversos frentes -quizá también con las nuevas tecnologías como grandes aliados-, crecerían notablemente y puede que la celebración del décimo aniversario aporte el empujón que merece un museo reconocido como uno de los mejores de España en su ámbito.

La casa. Alcoba de casa rica

Sorprendente
Las impresiones de quienes se acercan a él son en principio, según explica el técnico responsable, Javier Lagartos, no muy positivas, pero apenas se sitúan delante del edificio ya empiezan a cambiar de opinión. Quizá porque el concepto museo está algo banalizado, la gente llega con cierto escepticismo que se desvanece en cuando comienza a recorrer los espacios expositivos.

“Se sorprenden. La gente queda impresionada. El comentario principal es 'no me esperaba que esto era así' y es que la colección es de primer orden”, afirma antes de recordar que es un museo muy accesible en el que para disfrutarlo no hace falta ser especialista en nada.

Arquitectura Tradicional.
Reconstrucción del teito de una palloza

A muchos les traslada a su niñez y a los más jóvenes les sitúa en muchos casos en entornos desconocidos y les permiten hacerse una idea de cómo se vivía, se jugaba, se trabajaba y se descansaba en los pueblos de sus padres, abuelos... desde pequeños objetos como una cuchara o un pendiente hasta muebles de tamaño considerable como un escaño de palloza, con dosel, babero, ventana, perchero y mesa supletoria típico del área noroccidental de la provincia. Carros, adornos, aperos, prendas, herramientas, e incluso habitáculos como chozos pastoriles completan una oferta que se presenta con una iluminación y ambiente acogedores.

El pastoreo. Chozuelo de pastor

El Museo enseña y educa, como comprueban los numerosos escolares de la provincia que cada año lo visitan -en 2017 ya lo hicieron también algunos de la vecina Valladolid- La presencia de estudiantes es más frecuente en los meses de invierno y en los de primavera-verano son más habituales las familias, grupos o miembros de distintas asociaciones.

Medios de transporte. El carro chillón

El aumento de turistas en la capital no se traduce, todavía, a un recinto situado a tan sólo 18 kilómetros de León, que complementa su actividad expositiva con distintas iniciativas culturales -algunas fijas como la Pieza del Mes- y otras periódicas, como charlas, talleres o presentaciones de libros. Este año, con motivo del décimo aniversario, se organizarán varias muestras y habrá un programa específico que contribuirá a poner en valor un recinto del que también disfrutan algunos de los numerosos peregrinos que pasan por Mansilla de las Mulas y en cuyo albergue encuentran varios paneles informativos que les sugieren la visita. El día a día del Museo Etnográfico Provincial de León les lleva también a protagonizar intercambios o cesiones de parte de sus fondos, como la hecha recientemente al Musac o a la ciudad lusa de Braganza.

El hierro. La fragua
Entradas
Los fines de semana, a las 12.30 y a las 17.30 horas se programan visitas guiadas de alrededor de una hora y media de duración. Además, todos los días, está disponible una guía para grupos de más de ocho personas, dentro del precio de acceso, pero se sugiere que se concierte con antelación. La entrada ordinaria cuesta cinco euros, para niños menores de siete años y para profesores es gratuita y existen descuentos para estudiantes, peregrinos, familias numerosas, jubilados y grupos de más de diez personas, que pagan tres euros. A través de los códigos QR de los 'smartphones' puede hacerse una visita denominada 'Los Tesoros del Museo' que incluye un grupo de piezas que se consideran fundamentales desde el punto de vista artístico o antropológico.

La religiosidad popular

Los fondos
El Museo, que el presidente de la Diputación, Juan Martínez Majo, define como “un punto de encuentro con nuestra historia y nuestras tradiciones a través de un recorrido en el que se pone de manifiesto la diversidad de una provincia tan rica como León”, cuenta también con una biblioteca especializada en temas de etnográfica -actualmente en catalogación- que incluye el legado de Concha Casado (más de 2.500 libros, además de fotografías, diapositivas, escritos y anotaciones).

La producción textil. El telar y el torno 

Estudiosos o personas que por cualquier motivo lo soliciten pueden acceder -para fotografiar o revisar- a las miles de piezas depositadas en los almacenes, algunas de las cuales se prestan a museos o aparecen en exposiciones temporales; el resto se custodian y se conservan y una mínima parte pasa a ocupar huecos que puedan quedar en alguna zona por la retirada de algún elemento.

Indumentaria tradicional

Los objetos que aloja el Museo tiene tres orígenes, de los que la adquisición es el más inusual. Lo frecuente es que lleguen a él en forma de depósito en cuyo caso el dueño no pierde su propiedad y la donación; que implica la resolución de determinados trámites administrativos para que la Diputación pase a ser la titular de la pieza en cuestión. En estos casos el donante recibe como compensación la entrada gratuita de por vida al recinto.

La iluminaria. El candil de carburo

NOTICIA: Campaneiros pulas caleyas

Los Campaneiros de La Cuesta desafiaron al frío y la intemperie y volvieron a salir a las calles de esta localidad cabreiresa que ha logrado recuperar esta mascarada de invierno y justificar su nombramiento de Interés Turístico.

Los Campaneiros de La Cuesta. | IVÁN M. LOBO

Fulgencio Fernández | 28/01/2018
Desde primera hora y tras una noche de invierno e infierno las gentes de La Cuesta, los organizadores de la mascarada, los personajes y quienes llegaron para celebrarla miraban al cielo, pero sólo para buscar información pues nadie ponía en duda que los personajes de esta mascarada de invierno, los campaneiros, iban a tomar las calles, iban a perseguir a los rapaces... y a los mayores, iban a encender el rito del fuego, iban a seguir recuperando aquella tradición ancestral que les llegó por boca de las últimas abuelas que la habían visto ya hace muchas décadas. 

Y salió a las calles. Y justificó su rápido nombramiento como Manifestación (popular) de Interés Turístico Provincial. No podía ser de otra manera en el pueblo de uno de los personajes que con más entusiasmo ha trabajado por documentar y recuperar las mascaradas de invierno por toda la provincia: Iván Martínez Lobo, por suerte inasequible al desaliento, pese a que en la jornada de ayer el mal tiempo y la propia despoblación hizo que la asistencia no fuera muy numerosa. 

Pero no solo anduvieron los campaneiros «pulas caleyas»; la jornada fue completa en la localidad y positiva para «la documentación» de esta vieja tradición pagana con la conferencia del musicólogo Héctor Luis Suárez Pérez, que abordó otro aspecto de este rito, el de las músicas que lo acompañan con especial presencia de los instrumentos, los campanos, los cencerros... Joaquín Alonso abordó el año pasado aspectos más etnográficos y hoy mismo habrá una segunda parte de la documentación histórica con la conferencia ‘Mascaradas en Cabrera’, de Iván M. Lobo, quien recordará que esta tradición «gozó de gran popularidad en Cabrera bajo cualquiera de sus nombres: remixacos, tamaracos, mantarracos, campanones, farramacos...». Historia a fin de cuentas. 

No podía faltar el componente lúdico, vinculado a la habitual fórmula de pedir el aguinaldo y una noche de memoria y entretenimiento con el serano concierto que protagonizaron el grupo Los pamplinas.

Este domingo se vive la segunda de las jornadas de los Campaneiros, dedicada también a dar a conocer la riqueza de esta comarca leonesa con visitas guiadas a los pueblos y sus museos, los campaneiros nuevamente ‘pulas caleyas’ y la inauguración de una exposición. Hoy llega el autobús y también se espera una asistencia mucho mayor.

NOTICIA: Sonidos de la madre tierra

El San Francisco abre hoy sus ‘Músicas del mundo’ con Argentina como puntal.
Manuel Lavandera y Silvina Tabbush son MadreTierra. DL -
Lugar: Teatro San Francisco.
Hora: 19.00.
Entradas: 12 euros.
dl | león
28/01/2018

El Teatro San Francisco de la capital leonesa se adentra hoy en el lírico y sugerente universo de las tradiciones musicales latinoamericanas (en general) y argentinas (muy en particular) de la mano del dúo MadreTierra, concierto con el que comienza el ciclo Músicas del mundo en este activo espacio cultural de la avenida La Corredera.

Formado por Silvina Tabbush (voz, percusiones, charango) y Manuel Lavandera (guitarra y dirección musical), el grupo presentará en León el material de su disco más reciente, Traigo. Fiel a los parámetros más enraizados del folclore argentino-latinoamericano pero en permanente búsqueda de nuevas sonoridades y contenidos, esta producción discográfica «conducirá a quienes escuchen su música hacia la evocación del cancionero latinoamericano entrelazado con un renovado estilo en su expresión poético-musical», según indicaron los organizadores.

La América que canta

«Es un trabajo nacido desde las entrañas y con absoluta libertad de creación. En el transcurso del recital, el público recorre junto a MadreTierra un colorido paisaje, con temas que va reconociendo e identificando como los más notables de esta América que canta, mixturado con un racimo de canciones de autoría propia», prosiguieron.

MadreTierra ofrece una mirada diferente y creativa del cancionero popular heredado de España, transformado en latinoamérica y reelaborado con exquisita sensibilidad.

De ellos han dicho que Silvina Tabbush y Manuel Lavandera «han conseguido revitalizar al público con estas canciones eternas. Tienen a su favor una probada capacidad de modernizar este repertorio eterno, que no ha perdido la base tradicional que siempre ha tenido».

domingo, 21 de enero de 2018

PIEZA DEL MES: ENERO 2018

“LA CUNA O BREZO. Mobiliario infantil tradicional”.

Investigadora: Dª Adelina Martínez González.
Guía Cultural Museo Etnográfico Provincial de León.

Sábado, 27 de enero de 2018
17:30.

Área 19. Planta Primera. La madera.
Museo Etnográfico Provincial de León. Mansilla de las Mulas.
Actividad Gratuita



La Diputación de León a través del Museo Etnográfico Provincial de León, en la Actividad “Pieza del Mes”, ha programado para este mes de enero la disertación sobre una pieza utilizada en los hogares leoneses como es la cuna. En esta ocasión será Dª. Adelina Martínez González, Guía Cultural del Museo Etnográfico Provincial de León, quien nos acerque a este mundo de la cultura material.

La pieza elegida para la actividad de la “Pieza del Mes”, es una cuna donada en 1969 por Concepción Farto procedente de Rodicol, Omaña. Es un tipo de cuna muy sencilla de madera. El cabecero y el piecero están formados por dos piezas ligeramente semiesféricas en su parte inferior ensambladas por tres tablas y dos largueros torneados. Lo que le confiere su carácter particular es esa forma curva la que por sí solo permite el balanceo en sentido lateral.
A este tipo de cuna se le denomina brezo en muchas comarcas de León siendo evidente la relación genética con el berço en Portugal, en Galicia berce y en la montaña de Asturias el trubiecu y el bercio. Tal vez la palabra brezo venga de la raíz celta bertium que significaría cesto de mimbre.

Las cunas más antiguas estaban realizadas con troncos excavados, son las que Krüger, etnógrafo alemán que investigó a principios del siglo XX, las relaciones entre la lengua y la cultura material entre otros lugares los pueblos del norte de España,  denomina cuna-dornajo. De ellas se originan las diferentes formas de cuna de madera, de forma de artesas, cajas o cunas curvas como la protagonista de la Pieza del Mes. Dentro de la estructura de las cunas las hay muy variadas, con una estructura muy sencilla como la que nos ocupa, pasando por otras más perfeccionadas y las artísticamente labradas. La forma de los costados puede ser desde una simple caja abierta, a lados formados con varillas, balaustres etc. y la parte inferior con balancines. Se solían pintar o bien de un solo color o con policromías sencillas realizadas por el mismo carpintero.

También se hablará de otro tipo de mueble popular infantil como los guardaniños, el carretón, la silla infantil, la trona o los andadores.

ACTIVIDAD REALIZADA
F. Javier Lagartos Pacho, Técnico Superior MEPL, y Adelina
Martínez González, Guía Cultural MEPL, en la presentación
 de la Pieza del Mes junto con el público asistente.

Adelina Martínez González en un momento
de la exposición de la Pieza del Mes
Público asistente 

Adelina Martínez González junto con
la pieza protagonista de la Pieza del
Mes. El brezo o cuna.


jueves, 18 de enero de 2018

NOTICIA: Rescatando las fuentes de la tradición

SENDEROS LITERARIOS LEONESES, EN FEMENINO.
Concha Casado Lobato permaneció al pie del cañón hasta el último aliento de su vida, siempre trabajando.

Concha Casado en la feria de artesanía del Val de San Lorenzo.

Mercedes G. Rojo | 16/01/2018
Nuestro personaje de hoy es Concha Casado Lobato (León, 1920 -2016) y aunque muchas personas podrá pensar que no se trata de una escritora propiamente dicha, no desde el punto de vista de la Literatura, para mí tiene su sentido traerla hoy hasta esta sección dedicada a nuestras autoras, máxime teniendo en cuenta de que algunas otras de las que por aquí han desfilado o desfilarán, tienen sus fuentes de inspiración en la tradición popular, en las costumbres de nuestras tierras, en sus leyendas y en sus elementos más característicos, campos estos en los que Concha Casado si fue una pionera y un ejemplo a seguir. 

Esta incansable, mujer que permaneció al pie del cañón hasta el último aliento de su vida, siempre trabajando, siempre promoviendo nuevos proyectos, fue la responsable directa o indirecta del acercamiento de muchos leoneses al respeto por su cultura tradicional, convirtiéndose, en la mente de muchos, en la figura ligada a la cultura tradicional leonesa por excelencia. Bien es cierto que con mayor o menor fortuna, según los casos, y es que también en los campos de la etnografía y la cultura la controversia se hace a menudo presente, máxime si se trata de una figura pionera en cualquiera de sus campos.

En 1947 culmina la tesis ‘El habla de la Cabrera alta: contribución al estudio del dialecto leonés’
Filóloga y etnógrafa, de ella nos interesa hoy para esta sección todo lo que su trabajo ha supuesto de referencia en el conocimiento de los distintos aspectos que conforman la idiosincrasia leonesa, al menos en lo que pervivencia de los valores etnográficos se refiere, así como su relación que con un habla que vilipendiada y castigado su uso durante aquellos tiempos, hoy se ha convertido en el instrumento de comunicación de distintos autores de nuestra época. Nacida en 1920, formativamente le pilló de lleno la Guerra Civil y toda la época de la dura postguerra española, momentos que fueron de oscurantismo para todo lo que tuviera que ver con la evolución educativa de la mujer en los distintos campos profesionales, máxime si se buscaba una igualdad con los congéneres masculinos y en áreas poco comunes hasta entonces al ejercicio de la mujer. Por ello, que Concha se decidiese por el ejercicio de una profesión que implicase un continuo movimiento por la geografía española y una labor de investigación que sin duda había de robarle tiempo para dedicarlo a la familia, tiene aún más mérito. 

Terminados sus estudios de Bachillerato en León, en el año 1937, inmersa España en plena Guerra Civil, tiene que esperar hasta la finalización de ésta en 1939 para trasladarse a Madrid y comenzar allí sus estudios universitarios, concretamente deFilosofía y Letras, carrera que concluiría con la especialización de Filología Románica y que complementará con un doctorado obtenido en 1947 al culminar su tesis 'El habla de la Cabrera Alta: contribución al estudio del dialecto leonés', dirigida por Dámaso Alonso, con premio extraordinario. Mientras tanto establece una estrecha relación con el intenso ambiente cultural que bulle en torno a la Residencia de Estudiantes, a la que se traslada su residencia en su segundo año de carrera. Después vendría un largo e intenso periplo formativo pro diversas universidades europeas como París, Bonn, Coímbra, Ámsterdam, Estrasburgo, Edimburgo, Milán y Londres. Con todo este bagaje, desarrolla su trabajo de actividad investigadora y educadora en instituciones tan prestigiosas como el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) –al que permaneció unid tras su jubilación como Doctora 'ad honorem'- o al Instituto de Filología Hispánica Miguel de Cervantes, trabajos que continuará volcada más específicamente a León cuando a su retiro profesional traslada definitivamente su residencia a estas tierras. Comenzará entonces una intensa labor ligada a Centros de Profesorado, Diputación, Ayuntamientos y entidades varias en las que su principal objetivo será rescatar, documentar y salvar para el futuro todos los valores de las diversas comarcas que conforman nuestra pequeña/gran geografía provincial, además de inocular en la sangre de muchos profesionales y creadores el deseo de salvaguardar y dar nueva vida a todos esos elementos que durante siglos han ido forjando nuestro panorama cultural. 

Toda esa ingente labor plasmada en multitud de libros, artículos, colaboraciones y propuestas como prólogos, introducciones,… que han servido de aliciente para la obra de numerosos autores de diversas áreas, son sin duda mérito suficiente para que hoy hayamos traído a este espacio la presencia de Concha Casado, filóloga y etnógrafa capaz de alentar la obra de autores que han bebido en las fuentes de las tradiciones de este variopinto y literario León nuestro.

martes, 16 de enero de 2018

NOTICIA:

Los antiguos celebrarán el solsticio de invierno llamando a los démones, almas del pasado que iban de casa en casa pasando revista. Los romanos adaptaron las fiestas y la iglesia trató de prohibirlas haciendo que se refugiaran en el carnaval. Una historia de antroidos. parte del acervo cultural de la provincia. Guirrios, zafarrones o campaneiros. Es tiempo de mascaradas...

A.G. VALENCIA
14/01/2018

Hay que remontarse hasta la antigüedad. Entonces el invierno ya se colocaba la máscara. Antruejos, antroidos, que han llegado hasta nuestros días dando un periplo por la historia, refugiándose en el Carnaval y sorteando la censura para demostrar que lo verdaderamente arraigado en el pueblo es imposible de borrar. Entramos en tiempo de máscaras, de tradiciones ancestrales. Un viaje por los siglos que el investigador cabreirés Iván Martínez Lobo ha documentado.

En la provincia, y en general en todo el noroeste peninsular, las mascaradas siguen los mismos patrones, esquemas que han quedado grabados en las memorias de los más mayores y que han ido pasando de generación en generación, adaptándose y llegando hasta nuestros días. «Cabrera, por ejemplo, ha configurado un paisaje cultural que ha permitido conservar estas tradiciones», explica, consciente de que en aquellas zonas donde antes llegó la autoridad (entendida como figura de poder, administraciones, iglesia...) o en aquellos pueblos más próximos a vías de comunicación principales estos antruejos desaparecieron o se fueron adaptando de una manera más rápida.

La intrahistoria de las mascaradas leonesas abre un mundo de mitos, ritos y leyendas que han llegado hasta la actualidad. Martínez Lobo parte de los pueblos prerromanos para explicar que los antiguos concebían el tiempo de forma circular, donde las cosechas, los solsticios y los equinoccios se repetían. En esta idea cíclica, lo único fijo era la luna cada noche. Esta influencia tomaba su punto álgido en el solsticio de invierno. «Cuando la luz vencía a la oscuridad», dice el experto, y los días comienzan a ser más largos que las noches. «El pueblo celebraba esta transición con los ‘démones’, almas del pasado que salían por las casas a pasar revista para ver si merecían entrar en la luz», asegura. «Ir de casa en casa es la base de la petición de aguinaldo de los antruejos».

Y de aquí viene el resto...

Con la llegada de los romanos, el Imperio fue asumiendo todas las fiestas anteriores. La del solsticio pasó a las fiestas saturnales, del Sol Invictus, momento en que los ciudadanos se cambiaban los papeles y se hacían regalos. Usos y costumbres ya heredadas que fueron configurando el panorama... Los romanos también incluyeron nuevas fiestas, que a la larga introdujeron elementos en las mascaradas. Son las Lupercales, dedicadas a Fauno Luperco (Las Candelas, de febrero). En ellas los mozos demostraban el paso de jóvenes a adultos matando un carnero y revistiéndose con sus pieles, utilizaban elementos fustigadores y salían a por las mujeres como rito de fertilidad.

Roma, sin embargo, necesitaba un calendario para contar los días. Añaden los meses y se configura un almanaque de 304 días. El primero tenia 10 meses, a contar desde marzo, y no sería hasta el 700 a.C., cuando se empezaron a computar doce mensualidades. «Este orden nuevo que se va configurando hace que el solsticio de invierno vaya invadiendo febrero y acabe incorporando las fiestas Lupercales», esgrime Martínez Lobo. En el 45 a.C, Julio Cesar impone un calendario de 365 días, aunque el actual no se adoptará hasta 1.582: 12 meses y 356,24 días. Un baile de fechas que directamente va moviendo las fiestas.

El cristianismo trató de prohibir estas costumbres, base de los antroidos, aunque la Iglesia, adaptó las creencias a estas fechas y «establece el nacimiento de Cristo en el Solsticio de Invierno, precisamente cuando la luz vence a la oscuridad. De hecho, el santoral solo celebra dos nacimientos, el de Jesucristo y San Juan Bautista, coincidiendo con los solsticios», apunta el investigador.

La religión no acabó con las mascaradas. Cuenta Martínez Lobo que en la Catedral existen testimonios de que se siguieron celebrando bajo el nombre de Fiestas de los Locos, en la Edad Media. Cuenta que en León coronaban a un burro y lo metían en la Seo. «Las prohibiciones permitieron que muchas de estas fiesta se celebraran bajo el paraguas del Carnaval y hayan llegado hasta nuestros días. No se pudo acabar con ellas porque llevaban siglos arraigadas en el pueblo. Sus cosechas dependían de ello. Su vida dependía de ello».

Es curioso —resalta— como en Zamora estos antroidos se han mantenido más cerca del solsticio, igual que en Asturias. Sin embargo en diferentes zonas de León se han trasladado hacia las fechas del Carnaval.

Con este enorme sustrato cultural asumido durante siglos, las mascaradas mantienen rasgos comunes heredados de esta vieja historia. Todas, dice el experto, nacieron al abrigo del solsticio de invierno y utilizan máscaras zoomórficas. Las pieles, los cuernos, son rasgos idénticos, igual que los cencerros y las campanas. Utilizan elementos fustigadores, la petición de aguinaldo y mantienen la ‘creencia’ en los ritos de fertilidad.

Todavía hoy día, sigue el investigador, «las máscaras de los antruejos no cubren, representan a esos personajes. Nos revestimos, no nos disfrazamos, nos convertimos en ese ser».
El Graciosu. 

Con el paso del tiempo, esos démones pasaron a teatralizarse y aparecen nuevos personajes. Se incorpora a la mujer, se hacen coplas, comienza a cambiarse la fecha original, desaparecen algunos elementos o se adaptan y se va derivando a lo que en León se conoce como ‘Correr el Carnaval’.

Sin embargo, ligados a las mascaradas aparecen nuevos personajes y se incorporan oficios tradicionales. Son frecuente la vieya —que representa a la madre naturaleza—, la tarasca o tarara, la gomia, el oso en la mitad norte de la provincia, y el toro, en la mitad sur, las madamas, originalmente encarnadas por hombres... Los personajes principales como el Guirrio, el Zamarrón, el Jurru, el Campaneiro... siguen siendo quienes portan los elementos fundamentales. El experto sostiene la existencia de una teoría paralela, que mantiene que estos personajes eran, originalmente, encarnados por el chamán de la tribu.
Para hacer frente a la Reforma Protestante, nace la procesión del corpus y ligada a ella los danzantes, y en algunas localidades las birrias. También la tarasca entra en juego en este momento. El círculo se va cerrando hasta llegar a la configuración actual. Actualmente en la provincia existen 21 mascaradas vivas, desde el Órbigo, a la Montaña. Desde el Páramo a Cabrera. También hay documentos de que existieron más como el antreujo de Carrizal de Luna, de Curueña, el Graciosu de Santa Eulalia, los Remixacos de Quintanilla de Losada, Los Campaneiros de Manzaneda o el Campanón de Villar del Monte.

miércoles, 10 de enero de 2018

NOTICIA: La Pastorada Leonesa, en Madrid

TRADICIONES. El Auto de Navidad tuvo lugar en tres céntricas parroquias madrileñas durante los días del fin de año.


Un momento de la Pastorada que tuvo lugar en Madrid.


lanuevacronica.com
Gabriel Alonso-Carro | 10/01/2018
Durante los días del fin de año madrileño tuvo lugar, en tres céntricas parroquias, la representación de La Pastorada: Auto de Navidad leonés. Estamos de enhorabuena por la iniciativa de José Ángel Ruiz, que no solamente ha impulsado el proyecto sino que también se ha ocupado de su dirección interpretativa, adaptación y arreglos musicales -junto con la valiosa ejecución artística de profesionales de la orquesta de la Comunidad Autónoma de Madrid, el concurso del excelente Coro de Cámara Cantiga y la fundamental representación teatral de un grupo parroquial de la Capital (con la dirección escénica de María Ferrandis)-.

El resultado del conjunto es una delicia, que ojalá en lo sucesivo pudiera disfrutar más público, a medida que alcance más difusión esta hermosa pieza dramático-musical popular navideña (en esta preciosa y acertada adaptación).

La Pastorada leonesa representa el anuncio del Ángel a los pastores y zagalas (que son los auténticos protagonistas de la misma) del nacimiento de Jesucristo y cómo, finalmente, deciden abandonar sus rebaños e ir al Portal de Belén a adorar al Niño.

El Auto navideño es un fruto granado del folklore del Reino de León, creado e interpretado por el pueblo sencillo -transmitido por tradición oral- y que se representa en Nochebuena al filo de la Misa del Gallo para ambientar la celebración litúrgica. También se escenificaba el día de Navidad, para que pudieran presenciarlo los lugareños de otros pueblos. El esquema de las Pastoradas es muy similar en todas sus variantes: comenzando por los personajes (como el pastor protagonista, Rabadán, o el compañero escéptico -ante lo sorprendente del relato que se va narrando-). De ello podemos deducir, junto con el uso de la lengua romance -en verso- y del leonés antiguo, que es una tradición que se remonta a la Edad Media. Es una composición que refleja la devoción, la autenticidad y la emoción religiosa de la gente del pueblo con ocasión de la Natividad de Jesús.


Según el programa de mano entregado: «representar este auto es una costumbre navideña, propia de ambientes rurales, y es algo en lo que participa todo el pueblo, todos se implican y toman parte en ello. Se trata de los hechos que narran los evangelios para las festividades de Nochebuena y Navidad, sin formar parte de la liturgia de esos días: hay diálogos declamados, cantos solistas y del coro, actuación de personajes. No tiene por qué ser representada en la iglesia, puede serlo en otro lugar amplio o en la plaza del pueblo, para que pueda asistir a la representación el mayor número posible de personas».

El Coro de Cámara Cantiga y la orquesta de la Comunidad Autónoma de Madrid.El artista leonés, alma y corazón de esta nueva versión actualizada, José Ángel Ruiz, comenzó su carrera musical estudiando piano en León y fue organista en la Basílica de San Isidoro.Posteriormente ingresó como pianista y barítono en el Coro de la Comunidad Autónoma de Madrid. También ha trabajado con el Grupo Alfonso X El Sabio. Su padre formó parte de la Coral Isidoriana y de ahí su cariño y conocimiento de esta joya de la tradición folklórica leonesa.

El Coro de Cámara Cantiga y la orquesta de la Comunidad
Autónoma de Madrid
Al cumplirse este nuevo año 2018 medio siglo de la grabación de La Pastorada, con actores de RNE, ha tenido la magnífica idea de realizar una nueva adaptación musical con los textos ya actualizados en su día por D. Maximino Marcos(filólogo) y recogidos de la tradición oral y melódica popular por D. Felipe Magdaleno (fundador de la Coral citada). Prueba de su filiación leonesa es que ha depositado varios ejemplares de la nueva partitura en la Basílica de S. Isidoro dedicados a estos inspiradores: la Coral, el fundador de la misma y el director actual.

La nueva versión adaptada por José Ángel Ruiz está pensada para Coro y Orquesta, respetando el espíritu e identidad original, mucho más sencilla vocal e instrumentalmente hablando. Pero no cabe duda de que ha sido realizada con sumo gusto y mano sabiamente delicada. En esta serie de representaciones el secreto, según el músico, ha sido contar con un grupo coral e instrumental no excesivamente grande para no perder el carácter popular de la composición: además de -en los arreglos- buscar los colores y conectar con los diversos fragmentos de la Pastorada, comentó el compositor.

El reto, según sus palabras, también consistía en intentar evitar la monotonía intentando acompañar el avance progresivo de la teatralización con los ritmos músico-vocales (buscando la diferenciación entre las diversas partes de la obra).

José Ángel Ruiz confiesa haberle dedicado tres meses de trabajo desde julio del ya pasado año 2017. El gran cambio respecto a la grabación realizada hace cincuenta años ha sido la incorporación de la orquesta, respetando las fuentes y la actualización filológica empleadas entonces. No obstante, declara el arreglista y director, no ha intentado llevar a cabo una presentación purista del Auto navideño, folklóricamente hablando, sino aportar -según su criterio estético-: armonización, musicalización, mayor refinamiento y orquestación.

Doy fe de que el resultado es sobresaliente y digno de todo encomio y difusión. Merece la pena presenciarlo.

Las representaciones que tuvieron lugar en Madrid fueron a beneficio de la Fundación Mary Ward (religiosas «irlandesas») y sus proyectos socio-culturales en Sudán del Sur: el país más jóven del mundo y castigado por una cruel guerra civil. La colaboración de músicos, actores y cantantes fue totalmente altruista. El reto es ahora traer a tierras leonesas esta maravillosa versión actualizada de la Pastorada.

La iniciativa lo merece y, si ha sido un éxito en la Capital -con excelente acogida-, es una obligación moral apoyar este tipo de proyectos que, surgiendo de leoneses, muestran los tesoros de nuestra más querida tradición cultural (para que los disfruten el mayor número posible de ellos).

Hago votos para que instituciones políticas y culturales, así como la sociedad civil (fundaciones, asociaciones, etc) sepamos ayudar y sostener la difusión y divulgación de este auténtico y privilegiado regalo de Navidad.